"Levantad bandera sobre un alto monte; alzad la voz a ellos, alzad la mano, para que entren por puertas de príncipes. Yo mandé a mis consagrados, asimismo llamé a mis valientes para mi ira, a los que se alegran con mi gloria. Estruendo de multitud en los montes, como de mucho pueblo; estruendo de ruido de reinos, de naciones reunidas; Jehová de los ejércitos pasa revista a las tropas para la batalla"
"La historia pertenece a los intercesores"

lunes, 24 de mayo de 2010

El Silencio de Dios

“Oh Dios, no guardes silencio; No calles, oh Dios, ni te estés quieto”
Salmos 83:1

¿Es increíble no? Como las cosas se nos pueden salir de control, pareciera que un día todo está normal y dicha normalidad dudara para siempre y el día siguiente es todo lo contrario y pareciera que nunca saldremos de ese desierto temible.

Y es que lo más difícil de esos momentos de desierto es la soledad que se siente, el sentimiento de que Dios se ha olvidado de nosotros, la sed espiritual y que no podemos saciar que produce y sobre todo el desgaste de nuestras fuerzas.

Pero aun con todo eso, jamás se nos debería olvidar que Dios nunca nos dejara. Y es que pareciera que a veces Dios esta guardando mas silencio del necesario, por más que buscamos no encontramos una Palabra, por más que anhelamos cosas, no se dan y es difícil cuando lejos de ver lo prometido, vemos todo lo contrario.

Yo se que son los silencios de Dios, los he vivido, los he experimentado y ahora estoy aquí, son duros, difíciles, desgastantes, pero lo mejor de todo y es lo que he aprendido a través de todo esto, siempre después de una etapa de SILENCIO siempre viene otra de bendiciones abundantes.

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