"Levantad bandera sobre un alto monte; alzad la voz a ellos, alzad la mano, para que entren por puertas de príncipes. Yo mandé a mis consagrados, asimismo llamé a mis valientes para mi ira, a los que se alegran con mi gloria. Estruendo de multitud en los montes, como de mucho pueblo; estruendo de ruido de reinos, de naciones reunidas; Jehová de los ejércitos pasa revista a las tropas para la batalla"
"La historia pertenece a los intercesores"
jueves, 19 de mayo de 2011
Decreto de protección sobre nuestras familias
En uso de las facultades que me confiere El Señor de las multitudes promulgo el siguiente Decreto:
- Derríbese toda fortaleza en la mente de mis hijos, impregnada con pensamientos y sentimientos negativos.
-Derríbese todo problema emocional que quiera cercarme a mi o a mi familia.
- Erradíquese de mi vida y la de mi familia todo sentimiento de depresión, desesperanza, baja autoestima, ideas suicidas, temor, angustia, miedo, tristeza e inseguridad, odio, envidia, rencor, acciones de intriga, mala fe y chisme.
- Protéjase y Cúbrase a la niñez y adolescencia de los hispanos de todo abuso sexual, emocional, económico y psicológico.
- Anúlese en mi familia todo espíritu de maltrato, inseguridad, violencia, trabajo forzado, enfermedad, división, pereza, tristeza, y desobediencia.
- Deróguese todo decreto de muerte, toda sentencia de enfermedad, plagas, pestes y cualquier inmoralidad que se ha dictado sobre nuestros hijos.
- Establézcase que los niños, niñas y adolescentes son gente de Reino, respetuosos de la Ley, y amantes de los principios bíblicos y los valores cristianos.
- Establézcase a la familia en el primer lugar, donde inicia un fluir de comunicación entre padres e hijos que permitirá el entendimiento entre todos y el fortalecimiento de la misma.
- Anúlese todo espíritu de mediocridad de la mente de nuestros niños y adolescentes; llamamos a un tiempo de cambio en la mente de la niñez y la adolescencia hispana.
- Establézcase que inicia un nuevo tiempo donde se implanta en cada niño y adolescente de la Catedral, semillas de sabiduría, inteligencia, ciencia, habilidades y creatividad.
- Establézcase un futuro seguro, impregnado de amor, confianza, alegría, un tiempo donde el fluir de tu Espíritu sea derramado sobre las vidas de todos los niños, niñas y adolescentes de La Catedral y se instaure tu paz en ellos.
domingo, 15 de mayo de 2011
Siete Fundamentos de un guerrero espiritual.
Las Escrituras nos permiten descubrir características especiales de hombres y mujeres que, en la autoridad de Jesucristo, libran batallas contra el mundo de las tinieblas…
La conferencia, excelente. Ramiro mismo estaba sorprendido de su elocuencia. Se bebió un trago de agua y siguió con la exposición, haciendo acopio de la presentación que se proyectaba en tamaño gigante en la pantalla, visible para todos, con gráficos coloridos y llamativos.
Habló de Guerra Espiritual, de Intercesión, de Liberación de endemoniados. Términos contundentes. Una que otra cita bíblica. “Es un hombre muy versado en el tema”, comentó uno de los participantes. Su compañero asintió con el cabeza, totalmente identificado con su percepción.
El problema surgió dos días después cuando lo llamaron a media noche. Se encontraba sumido en un sueño profundo, con escenas paradisíacas de una playa idílica en un atardecer nostálgico. Miró el número que identificaba el celular. Definitivamente no lo conocía, así es que contestó de mala gana.
Al otro lado de la línea, un hombre desesperado quería saber qué hacer con su hija adolescente. “Grita como loca y emite chillidos horrorosos”, decía atropelladamente. Él se limitó a recomendarle que fuera donde su párroco o pastor. Terminada la comunicación, se encogió de hombros y dio vuelta en la cama para proseguir su sueño. Muy en lo íntimo, no sabía a ciencia cierta cómo responder en un caso así.
A kilómetros de allí, el pastor Rosendo estaba orando, casi al filo de la madrugada. Clamaba, postrado. La noche anterior había sido bastante intensa. Cuando iba a mitad de su charla, el demonio se manifestó en una adolescente aficionada a la música heavy metal.
El predicador se limitó a interrumpir el mensaje y, mirando fijamente a la joven, ordenó al espíritu que moraba en ella, que la dejara libre.
La chica gritó fuerte, se contorsionó y finalmente quedó en el piso, exhausta, como muerta. ¡Era libre!
No es asunto de conocimiento sino de autoridad.
Con frecuencia me abordan y escriben personas con interrogantes alrededor de los secretos que encierra la liberación de una persona endemoniada. Mi respuesta es directa: “Primero, no hay tales secretos y, segundo, ministrar liberación no es asunto de gritarle al demonio ni tampoco de zapatear creyendo que así saldrá huyendo. Ante todo es cuestión de ejercer la autoridad de Cristo”.
Hace siglos nuestro amado Señor Jesús dijo a sus discípulos: “Los setenta regresaron con gozo, diciendo: Señor, hasta los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y El les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad, os he dado autoridad para hollar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y nada os hará daño. Sin embargo, no os regocijéis en esto, de que los espíritus se os sometan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.”(Lucas 10:17-20, La Biblia de Las Américas)
Lo invito para que lea detenidamente el texto. Los seguidores del Maestro estaban exultantes de gozo porque dominaban sobre el mundo de las tinieblas, pero el Señor Jesús les dijo que no sólo podían hacer eso, sino nada les haría daño. Es decir, aunque Satanás y sus huestes librara ataques contra ellos –y contra nosotros hoy—no podría causarles daño ni en lo material ni en lo espiritual.
En este punto es importante que nos preguntemos: ¿Estamos ejerciendo nuestra autoridad en Cristo? Ya descubrirá por qué es necesario formularnos este interrogante…
Satanás sabe quién es quien
Satanás sabe quién es quien
Ante el ambiente sensacionalista que gravita en torno a los guerreros espirituales, hombres y mujeres que batallan en el poder de Jesucristo y ministran liberación espiritual y física, abundan quienes posan de ser “miembros del Ejército de Cristo”. Incluso, hay quienes buscando reconocimiento y admiración, se atreven a “alborotar avisperos”, como solemos decir en Latinoamérica, rentando el mundo de maldad.
Esa actitud un tanto irresponsable no es nueva. La Biblia relata que “Algunos judíos que andaban expulsando espíritus malignos intentaron invocar sobre los endemoniados el nombre del Señor Jesús. Decían: «¡En el nombre de Jesús, a quien Pablo predica, les ordeno que salgan!»14 Esto lo hacían siete hijos de un tal Esceva, que era uno de los jefes de los sacerdotes judíos. Un día el espíritu maligno les replicó: «Conozco a Jesús, y sé quién es Pablo, pero ustedes ¿quiénes son?» Y abalanzándose sobre ellos, el hombre que tenía el espíritu maligno los dominó a todos. Los maltrató con tanta violencia que huyeron de la casa desnudos y heridos.”(Hechos 19:13-16, Nueva Versión Internacional).
Es un pasaje que siempre llama poderosamente mi atención ya que pone al descubierto que Satanás sabe quién es quien. Él más que ninguno sabe si usted ejerce autoridad en Cristo o si por el contrario, fanfarronea con un poder espiritual que no posee.
Buscando en las Escrituras encontramos por lo menos siete fundamentos que deben identificar a un Guerrero Espiritual, los cuales comparto con usted:
1. Sometimiento a Dios.
Solamente cuando nos rendimos a Dios, sometiéndonos en la totalidad de nuestro ser, consagrados a Él, nos afianzamos en autoridad espiritual. El apóstol Santiago lo explicó de manera contundente al escribir: “Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.”(Santiago 4.7, Nueva Versión Internacional)
¿Cómo podemos representar y obrar en nombre de Aquél a quien no estamos consagrados? Imagine por un instante a un guarda de tránsito que, en su motocicleta y justo en una intersección vial peligrosa, se pasa un semáforo en rojo. ¿Tendría autoridad? Por supuesto que no.
El evangelista internacional, Carlos Annacondia escribe: “Ninguno de nosotros puede desarrollar un ministerio eficaz si no rendimos toda nuestra vida a Él. Dios no solo busca capacidad o sabiduría, sino consagración y entrega a Él. Lograr esto no es fácil, requiere luchas y demanda de nosotros una total entrega y muchas otras cosas que nos cuesta ceder… Si no hay una entrega total en nuestra vida, Él no nos puede usar.”(Annacondia, Carlos. “Oíme bien, Satanás”. Editorial, EE.UU. 1997. Pg. 44, 45)
2. Resistir al diablo, sin temor.
A Satanás hay que resistirle. Bien lo anotaba el apóstol Santiago, como acabamos de leer. Hay que echarlo fuera, sin temor. Él huye, porque sabe muy bien cuando se encuentra frente a un hombre o una mujer de Dios.
3. Consagración a la obra.
Resulta lamentable que al iniciar en el ministerio de Guerra Espiritual, muchos hombres y mujeres manifiestan entusiasmo; no es para menos, despiertan a una dimensión sobrenatural en la que antes no se habían desenvuelto. Todo resulta novedoso, atrayente y deslumbrador. Sin embargo, pasado un tiempo, dejan de orar y su desenvolvimiento ministerial se torna mecánico.
El apóstol Pablo en su primera carta a su discípulo Timoteo le instruyó: “Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.”(2 Timoteo 2:3-5, Reina Valera 1960)
Puede que haya muy buenos programas en la televisión o que quizá tengamos una invitación a un evento de integración ministerial o familiar; pero usted y yo, en nuestra condición de Guerreros Espirituales, tenemos claro nuestro compromiso con Dios y obligatoriedad de consagrarnos a Él. Por eso es en Su presencia donde debemos permanecer.
Comparto con usted la respuesta de Cindy Jacobs cuando le preguntaron cuánto tiempo oraba. Su respuesta me admiró y debe ser sin duda, la respuesta que debemos dar: “Oro cuanto más tiempo pueda”. (Cf. 1 Tesalonicenses 5.17)
4. Una vida de oración.
Lo comparto en todos los escenarios a los que me invitan a dar conferencias: No concibo un Guerrero Espiritual que no pase tiempo en oración. El autor lo expresa en sencillas palabras: “Se necesitan hombres de corazón íntegro para guardar los mandamientos de Dios y lo mismo para buscar a Dios. Estos son los que se consideran “bienaventurados”. Sobre éstos descansa la aprobación de Dios”. (Bounds, E.M. Los fundamentos de la oración. Editorial Clie. España. 198. Pg. 14).
Pregúntese ahora, ¿Cuánto tiempo pasa en oración?¿Cuánto fue la última vez que fue al lugar secreto a estar en la presencia del Padre celestial? Insisto: no concibo un Guerrero Espiritual que no ore…
5. Conocer al enemigo.
Usted y yo no podemos hacer frente, eficazmente, hasta tanto no conozcamos los sutiles pero certeros mecanismos que utilizan Satanás y sus huestes. En criterio del apóstol Pablo, una vida consagrada a Dios debe ir de la mano con mantenernos alerta “…para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.”(2 Corintios 2.11)
Al Adversario espiritual no podemos ni debemos mirarlo de lejos, porque él se mantiene actualizado, procurando cómo hacernos daño. Hay que conocerlo para enfrentarlo.
6. Ejercer autoridad en fe.
Nuestro amado Salvador delegó en nosotros la Gran Comisión, y para ejercerla, nos dio autoridad. Él dijo a sus discípulos y a nosotros hoy: “Les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado. Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán en nuevas lenguas; tomarán en sus manos serpientes; y cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno; pondrán las manos sobre los enfermos, y éstos recobrarán la salud.>>”(Marcos 16.15-18. Nueva Versión Internacional).
Ese poder de Dios, lo ponemos en evidencia por fe. Cuando nos paramos frente a un endemoniado o tenemos evidencia de un ataque directo de Satanás, le ponemos de manifiesto nuestra autoridad. Es fe. Tener la certeza de que Dios la proveyó para usted y para mi, para hacer más eficaz nuestro desenvolvimiento como Guerreros Espirituales.
7. Pasar tiempo en la Palabra.
Así como reviste singular importancia que pasemos tiempo en oración, es esencial que estudiemos las Escrituras. Escudriñarla, edificarnos, alimentarnos con ella.
Dios enseñó sobre el particular a Josué, a las puertas de entrar a la tierra prometida: “Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito. Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el SEÑOR tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.» .”(Josué 1:8, 9).
Cuando aprendemos el Plan de Dios para nuestra vida, y lo interiorizamos, podemos actuar con mayor contundencia. Satanás y sus estratagemas quedan al descubierto y aprendemos qué hacer en cada caso.
Es hora de prepararnos para la batalla.
La guerra que se libra contra el mundo de las tinieblas no solo es enconada sino que, además, demanda que estemos preparados para dar la batalla. Estos siente fundamentos, algunos de los muchos que sin duda aprenderemos en nuestro ministerio –caminando de la mano del Señor Jesús--, son esenciales para obtener la victoria en cada batalla.
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Debemos seguir el ejemplo de David. Nuestro rol en las dificultades es poner los ojos en nuestro Padre celestial y meditar en su Palabra. Los salmos son testimonio de la profundidad y la pasión con que el pastor y futuro rey se deleitaba en Dios. Al reflexionar con frecuencia en los atributos y las cosas del Señor, encontraba consuelo en medio de la agitación.
Los momentos que nos sostienen.
Cuanto más hablemos y más nos quejemos de una situación, peor se verá, hasta que el problema se vuelva más grande que nuestra fe.
Leer Salmo 145.1-5 - Cuando su vida se desmorona, ¿qué hace usted? Todos enfrentamos circunstancias que desafían nuestra paz, y algunas de estas situaciones son muy dolorosas y prolongadas. A menos que se tenga un enfoque bien dirigido, la alegría se marchita y la esperanza parece irrealizable.
El rey David experimentó adversidades extremas, entre ellas el profundo dolor de perder un hijo y a su mejor amigo. Y el rey Saúl, por razones egoístas, lo persiguió para quitarle la vida.
Más tarde, su propio hijo encabezó una rebelión contra él. A pesar de ser pruebas tan dramáticas, no fueron sino cuatro de las muchas dificultades que soportó. Pero aun en tiempos de profundo sufrimiento, David hallaba paz y esperanza en Dios.
¿Cómo se sostenía su alma cuando otros, en situaciones parecidas, se habrían ahogado en la desesperación? David sabía cómo meditar. Concentraba su mente y su espíritu en Dios —en su carácter, sus cosas, su voluntad— para conocer mejor al Señor y obedecerle.
Debemos seguir el ejemplo de David. Nuestro rol en las dificultades es poner los ojos en nuestro Padre celestial y meditar en su Palabra. Los salmos son testimonio de la profundidad y la pasión con que el pastor y futuro rey se deleitaba en Dios. Al reflexionar con frecuencia en los atributos y las cosas del Señor, encontraba consuelo en medio de la agitación.
¿Qué asuntos consumen sus pensamientos durante el día? ¿Aparta tiempo para pensar solo en el Señor? Quizás pueda recordarse a sí mismo el revivir su atención en su Creador; una manera de hacerlo es leer algunos de los salmos y observar cómo se concentra nuevamente el autor de ellos en el Dios todopoderoso.
Vivir por encima de las circunstancias
FILIPENSES 1.12-18.
Vivir por encima de las circunstancias
FILIPENSES 1.12-18.
Pablo escribió su carta a los filipenses mientras cumplía arresto domiciliario. El apóstol podía recibir visitas, pero no viajar. A pesar de que vivía en una casa, es muy probable que estuviera encadenado a un soldado romano las 24 horas del día. Además, porque sabía que un juicio podía demorar años, estas eran sus condiciones de vida para el futuro previsible, tal vez por el resto de su vida.
Bajo tales circunstancias, Pablo pudo haber tenido la tentación de clamar al cielo por su libertad. Después de todo, Dios lo había llamado a predicar, discipular a los creyentes, y alcanzar a los gentiles. Pero estaba atrapado en Roma, sin poder plantar nuevas iglesias o visitar a aquellos a los que dirigía sus cartas. Aparte de ser injusto, su arresto le impedía desempeñar su importante trabajo.
Si alguien tenía derecho a quejarse, ése era, sin duda, Pablo, quien había sufrido persecuciones, naufragios y palizas por el evangelio. Pero jamás lo hizo. Su carta a la iglesia en Filipos está llena de gozo, porque el enfocarse en Dios le permitía vivir por encima de sus circunstancias (Fil 4.8).
Cuanto más hablemos y más nos quejemos de una situación, peor se verá, hasta que el problema se vuelva más grande que nuestra fe. Y a la inversa, llevar los problemas directamente a Dios mantiene a las cosas en perspectiva. El Señor es más grande que cualquier dificultad. Por su poder, nos elevamos por encima de la dificultad.
Derriba los pensamientos limitantes.
Solo nosotros mismos podemos bloquear nuestro potencial con pensamientos limitantes.
No hay nada ni nadie que pueda impedirnos servir a Dios, tener propósito y alcanzar nuestros sueños. Solo nosotros mismos podemos bloquear nuestro potencial con pensamientos limitantes.
A continuación una lista de las trabas más comunes que tenemos en la mente:
Si piensas: “No tengo estudios y eso me limita” Recuerda que Juan y Pedro eran llamados hombres sin letras y del vulgo (Hechos 4:13.
Sin embargo esto no fue una limitación para ello0,s porque Dios los levantó y capacitó. Juan era el discipulo amado de Jesús, escribió el bello evangelio que lleva su nombre, además de 3 epístolas y el libro de Apocalipsis.
Pedro escribió 2 epístolas en el nuevo testamento y fue una personas usada de forma poderosa y ejemplar para creyentes de todos los tiempos. Nunca es tarde para estudiar, para pedir sabiduría y para ser usados por Dios.
Si piensas que eres pobre y eso no te dejará alcanzar cosas y sueños, recuerda que Jesús nació en un lugar pobre, pero él nunca fue pobre, desde el mismo momento de su nacimiento le trajeron presentes de mucho valor y nunca jamás le hizo falta nada. Los israelitas estaban pobres y esclavos en Egipto, sin embargo cuando Dios los liberó se llevaron consigo toda la riqueza de los egipcios. También recuerda la promesa de Dios en Filipenses 4:19: “mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús” y Deuteronomio 8:18 “(…) acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas”
"(...) Les aseguro que si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: "Trasládate de aquí para allá" , y se trasladará. Para ustedes nada será imposible." Mateo 17:20 (NVI)
Si piensas: “No puedo porque ya soy viejo” Recuerda que:
• Caleb conquisto a los 80 años con la misma fuerza de los 40. (Josué 14:11)
• Abraham recibió la promesa a los 100 años (Génesis 21:5)
• Moisés comenzó su gran labor de liderazgo recién a los 80 años. (Éxodo 7:7)
• El apóstol Juan recibió las revelaciones más impresionantes del futuro de la humanidad cuando era muy anciano. (Apocalipsis 1).
• Abraham recibió la promesa a los 100 años (Génesis 21:5)
• Moisés comenzó su gran labor de liderazgo recién a los 80 años. (Éxodo 7:7)
• El apóstol Juan recibió las revelaciones más impresionantes del futuro de la humanidad cuando era muy anciano. (Apocalipsis 1).
Si piensas: “Soy temeroso” Recuerda que cuando Dios llamó a Gedeón él se sentía inútil y temeroso, sin embargo Dios le dijo: “Varón esforzado y valiente” porque Dios llama las cosas que no son como si fueran. (Jueces 6:11) Luego Gedeón creyó en el respaldo del Señor y fue un vencedor. No importa el sentimiento que tengas, sino en el Dios que te respalda.
Si piensas: “Nadie me conoce” Recuerda que el más destacado rey del pueblo de Dios fue David, de quién vino Cristo; y a él ni siquiera su familia lo tenia en cuenta. Trabajaba detrás de las ovejas (2 Samuel 7:8) siendo un perfecto desconocido para la mayoría del pueblo, sin embargo Dios miró su corazón y levanto su nombre y le dio fama.
“Y la fama de David fue divulgada por todas aquellas tierras; y Jehová puso el temor de David sobre todas las naciones”.1 Crónicas 14:17
No importa que la gente no te reconozca, es Dios quien te promueve, como dice su promesa:
“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Mateo 6:6 – Es Dios quien nos recompensa en público.
Si piensas: “He cometido terribles pecados” Recuerda que el apóstol Pablo (quién escribió gran parte del nuevo testamento y evangelizo a todo el mundo conocido de su época) fue el perseguidor más acérrimo y violento de la iglesia del Señor, incluso antes de conocer a Jesús como su Señor blasfemó el nombre de Cristo y torturo a todo el que predicaban el evangelio, obligando a que negarán a Jesús. Pero esto no fue un impedimento para Dios que en su gran amor lo eligió y lo uso, porque conoce lo más profundo de los corazones.
El apóstol Pablo fue, es y será uno de los ejemplos más inspiradores y desafiantes para la iglesia; y él mismo escribió estas palabras:
“Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero”. 1 Timoteo 1:15.
Si piensas: “No tengo nada para Dar” Recuerda que estás creyendo una de las más grandes mentiras, porque Dios a todos nos creo con capacidades y talentos. No eres una casualidad, Dios permitió tu vida, no importan las condiciones en las que hayas nacido. En el momento que Dios te formó en el vientre de tu madre también creo un plan para ti; por eso debes comenzar a soñar con todo lo que quieras lograr, esto de renovará, te desafiará y te impulsará a una vida llena de felicidad. Fuimos hechos para que nuestra vida glorifique a Dios con nuestra conducta y resultados victoriosos.
“Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice”. Isaías 43:7
Cree esta palabra y recíbela, no hay impedimentos imposibles de vencer si puedes creer.
Si tienes ganas de servir al Señor, de crecer, de avanzar y de alcanzar sueños en tu vida, entonces adelante, hazlo ¡¡Dios esta contigo!!
Saliendo de las tormentas
Nuestra fe es muchísimo más preciosa que el oro y todos los días esta siendo refinada por distintas circunstancias
Lectura - Mateo 14:22-32.
- Caminar sobre la tormenta: “y la barca ya estaba bastante lejos de la tierra, zarandeada por las olas, porque el viento le era contrario”. Mateo 14:24
Los discípulos estaban pasando una tempestad, como muchas veces nos pasa a nosotros y nos dice que la barca estaba “bastante lejos de tierra”, esto simboliza una situación donde no tendremos recursos a nuestro alrededor para solucionar un problema, donde hay poco o nada que se pueda hacer humanamente, la tierra segura quedo lejos y nosotros estamos en medio de un mar, con una tempestad, con vientos contrarios que nos hacen luchar;en medio de esto se aparece Jesús caminando sobre las aguas,ellos se asustaron aun peor pensando que era un fantasma (Mt. 14:27) pero en seguida se dieron cuenta que era Jesús y al verlo Pedro caminar a Jesús sobre las aguas le dio tanta seguridad que pidió imitarlo y Jesús le dijo: “Ven” porque el Señor nos muestra que aun en medio de esa tormenta podemos caminar seguros poniendo la fe y mirada en Él. Pedro logra caminar por un momento seguro y en victoria, pero luego sintió un viento fuerte y comenzó a hundirse; esto nos pasa siempre a todos, confiamos momentáneamente, pero luego nos tambaleamos al prestarle atención a los problemas y dejando de mirar al Señor. Pedro estaba aprendiendo a caminar por fe y pudo dar algunos pasos, pero luego cayó. Jesús vino al instante cuando se estaba hundiendo y lo rescato, este es el gran amor y protección de Dios, que aun cuando nuestra fe no alcanza al nivel de poder seguir caminando viene con amor y nos rescata. El Señor lo reprendió a Pedro diciéndole: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Esta última pregunta de Jesús es para meditarla detenidamente. Luego subieron al barco y se calmo el viento y lo adoraron diciendo: “Este es el Hijo de Dios” Muchas veces nuestra fe es probada y al terminar la prueba quedamos también asombrados, pensando lo poderoso que fue Dios, que aun cuando parecía que todo se hundía él nos rescato y lo adoramos. La fe es confiar en el poder de Dios antes que concentrarnos en las circunstancias. hay tormentas donde podremos caminar sobre las aguas mirando a Jesús y soltando fe.
2. Tomar autoridad en la tormenta.
Hay otra tormenta que es cuando Jesús dormía en la barca (Marcos 4:38), ésta nos muestra la gran seguridad que Jesús tenia en todo tiempo, los discípulos comenzaron a experimentar vientos y tempestad nuevamente, pero esta vez fue tanta que ya la barca se hundía, distinto al otro relato donde la barca estaba segura, pero esta vez el Señor estaba dentro de la barca aunque dormía y ellos alarmados fueron a decirle: “¡Señor no tienes cuidado que nos hundimos!” y Jesús se manifiesta nuevamente con su autoridad y poder y reprende el viento y mar y estos se calman completamente. Luego ellos tenían que ir donde estaba el endemoniado gadareno (Marcos 5) del cual salieron unos 2000 demonios, seguramente el enemigo trato por medio de esta tormenta de impedir el paso de ellos, esto simboliza cuando la tormenta es un ataque directo del enemigo que nos quiere detener en nuestro avance, pero es allí donde aprendemos a reconocer la autoridad de Dios y nos levantamos en fe utilizando las armas espirituales para resistir y hacerlo retroceder, luego huye y tenemos victoria.
3. Agarrarse fuerte de Jesús en la tormenta.
Vemos otra tormenta que fue la que enfrento Pablo cuando fue llevado preso a roma. Hechos 27:13-44 Este relato es una tormenta donde pasaron muchas cosas, donde no solo la barca se comenzó a hundir, sino que se destruyo, pero vemos a lo largo del relato que Pablo, al ser un hombre de Fe es el único que siempre tenía más ánimo que los demás. Se mantuvo confiando en Dios, también se le apareció un ángel para fortalecerlo y darle dirección, al final, cuando la barca se termino destruyendo por completo, llegaron a la isla a agarrándose de algún pedazo de barco y de tablas, donde todos se salvaron y terminaron en victoria. Tal vez el hecho de que Pablo se haya tenido que agarrar fuertemente de un pedazo de tabla de madera simboliza que la fe en el madero donde murió el Señor es donde tenemos que aferrarnos fuertemente, que es donde fueron clavados nuestras maldiciones, pecados, enfermedades y tribulaciones y por medio de la resurrección se manifiesta el poder y la ayuda sobrenatural de Dios. “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Efesios 6:13"
En este mundo vamos a tener que atravesar tormentas que serán un desafío para nuestra fe. Jesús dijo que en el mundo tendríamos aflicción, pero también nos dijo que él venció al mundo y sus aflicciones.
”Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo”. Juan 16:33
Nuestra fe es muchísimo más preciosa que el oro y todos los días esta siendo refinada por distintas circunstancias, pero la fe es lo que nos llevará siempre en victoria y traerá mas gloria sobre nosotros. Jesús siempre recalcaba que debemos confiar, tener fe en Dios, ser pacientes, esperar en fe, perseverar, mantenerse y ser firmes.
Fortaleza en medio de la soledad
La soledad es una de las experiencias más dolorosas de la vida. Puesto que Dios nos creó para relacionarnos, la falta de compañía puede ser muy angustiosa. Es probable que en algún momento, todos hayamos luchado con sentimientos de aislamiento. Es especialmente difícil cuando estamos atravesando una situación penosa, y no hay nadie que pueda darnos ánimo , fortaleza para soportar la soledad. Lo que queremos en ese momento es compañía, apoyo y aliento, para que nuestro dolor emocional se vaya.
Pero, a veces, la situación persiste, y el aislamiento parece que seguirá para siempre. En momentos así, necesitamos fortaleza para soportar.
¿Sabía usted que Dios puede usar la soledad? A veces, Él la permite para desarrollar el carácter divino en nosotros, enseñarnos a depender de Él, y llevarnos a una relación más estrecha con Él. Cuando estamos solos y otros no pueden o no quieren ayudarnos, Él es quien nunca nos deja.
El apóstol Pablo conocía el dolor de la soledad. Después de muchos años de fiel servicio al Señor, fue a parar a una prisión en Roma. Su última carta a Timoteo nos da una idea de su actitud durante los últimos días de su vida terrenal.
A pesar de que se había entregado al servicio a los demás, Pablo estaba solo al final de su vida; solamente Lucas lo acompañaba (2 T 4.9-16.). Demas, uno de sus primeros compañeros, lo había abandonado, y otros colaboradores se habían mudado. Y tristemente, en su primera defensa ante el tribunal romano, Pablo dijo: "Nadie estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon" (v. 16).
Pero no espiritualicemos a Pablo. Si lo convertimos en un "supersanto", no veremos las maneras como Dios obró en su vida, ni tampoco cómo puede hacerlo en nosotros. Pablo era de carne y hueso, con debilidades humanas. Luchó con sentimientos, frustraciones y dificultades.
Pablo experimentó la soledad de muchas maneras. Extrañaba la compañía de quienes amaba, y sentía el dolor de haber sido abandonado por Demas. Las limitaciones y las privaciones de su vida en la cárcel aumentaban su sensación de aislamiento. Ya no era libre para hacer lo que más amaba: ir a todo el mundo para anunciar el evangelio, plantar nuevas iglesias, y discipular a las personas. Y conforme avanzaban los días, él sabía que su muerte era inminente.
La ayuda del Señor en nuestra soledad
Pero la vida en la cárcel no fue la única situación de aislamiento que enfrentó Pablo. Cuando fue llamado ante las autoridades romanas para defenderse, nadie lo apoyó. Pero no estuvo solo, Dios estuvo con él y lo fortaleció para que pudiera cumplir los propósitos del Señor (v. 17).
La seguridad de la presencia de Cristo. Aunque los romanos dominaban el mundo, el Rey del universo permanecía junto a Pablo. Un hombre con Cristo es más poderoso que cualquier autoridad terrenal. Cuando Pablo se enfrentó al tribunal, su valentía creció al recordar cuando el Señor había estado con él. Quisiera pedirle a usted que escriba lo que Dios está haciendo en su vida. Escribirlo le recordará la fidelidad de Él en el pasado, y le dará aliento para confiar en Él en el presente.
Aunque nuestras experiencias personales con el Señor son de un valor incalculable, nuestra mayor fuente de seguridad es la Biblia. Dios le dice a su pueblo en sus páginas, que Él está con ellos. Antes de que Cristo ascendiera al Padre, prometió a sus seguidores: "Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mt 28.20). Efectivamente, los creyentes tienen al Espíritu Santo dentro de ellos, y Él permanecerá allí para siempre (Jn 14.16, 17). En tiempos de debilidad, soledad o temor, recuerde que el Señor está siempre con usted, aunque no pueda percibirlo.
La realidad de la presencia constante de Dios con nosotros es un hecho cierto, sobre todo en períodos de soledad. ¿No se ha preguntado usted, algunas veces: Si Él está conmigo, ¿por qué no puedo sentirlo? ¿Por qué me siento tan solo? Cuando su presencia no es perceptible, nuestro valor para enfrentar el aislamiento y las dificultades se debilita. En momentos así, necesitamos depender de la verdad, no de los sentimientos. Confíe en la realidad de que Él nunca desamparará ni dejará a quienes han sido salvos (He 13.5).
La ayuda de la fortaleza divina. La segunda manera cómo el Señor ayudó a Pablo a enfrentar solo a las autoridades romanas, fue fortaleciéndolo (v. 17). Años antes, Pablo había escrito una carta a los filipenses, en la que les decía: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Fil 4.13). Ahora estaba practicando lo que predicaba. La poderosa presencia del Señor le dio la valentía que necesitaba para proclamar a Cristo en esta amenazadora situación.
En su caminar con Cristo, Pablo había aprendido que sus tiempos de debilidad eran la invitación de Dios para que dependiera de Él. Cuando el apóstol estuvo luchando con un "aguijón en su carne", el Señor le dijo: "Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad" (2 Co 12.9 NVI). No deje de sentir esperanza en su soledad. Cuando usted está emocional, física o espiritualmente débil, se encuentra en posición privilegiada para ser testigo del poder de Dios obrando en usted. Él le dará la fortaleza y el valor necesarios para soportar cualquier cosa por la que esté pasando.
El cumplimiento del llamado de Dios. Una cosa en la que podemos confiar, es en la fidelidad de Dios. Él siempre nos dará el poder para realizar su plan. Pablo dijo que el Señor lo fortaleció "para que por [él] fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen" (2 Ti 4.17). Él sabía que este lugar era donde Dios quería que él fuera; su prisión y su juicio eran parte integral del cumplimiento de su llamado.
En efecto, antes de su primera prisión en Roma, el Señor le dijo claramente a Pablo que este era su destino. Cuando los judíos de Jerusalén trataron de matarlo, el Señor Jesús estuvo a su lado, y le dijo: "Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma" (Hch 23.11). Y durante una tormenta rumbo a Roma, un ángel se paró delante de él, diciendo: "Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César" (Hch 27.24).
Ya que el deseo de Pablo era hacer la voluntad de Dios, podemos estar seguros de que aprovechó esta oportunidad en la cárcel para anunciar a Cristo a los gobernantes romanos de su época. No fue complaciente ni suavizó su mensaje para salvar su vida. Cuando tenemos la convicción de que estamos haciendo el trabajo que Dios nos ha dado, nos llenamos de celo y coraje que las fuerzas del mal no pueden destruir.
Esta no fue la primera demostración de coraje de Pablo; su historia anterior de valentía había moldeado su respuesta actual. Cada vez que defendemos lo que creemos, Dios usa eso como una oportunidad para fortalecernos para el próximo desafío, que puede muy bien ser más difícil y más costoso. La vida de Pablo estuvo siempre en peligro, pero él no la estimaba preciosa para sí mismo. Su meta era terminar el ministerio que había recibido del Señor Jesús (Hch 20.24).
El temor a la muerte puede hacer que perdamos el ánimo, pero el saber que Dios tiene nuestros días en su mano, nos da la confianza para seguir adelante. El Señor ha trazado una ruta para cada uno de nosotros, y Él guarda nuestro camino cuando buscamos cumplirlo. Aunque Pablo estaba dispuesto a morir como resultado de su testimonio ante el tribunal, los propósitos del Señor para él no se habían consumado; por tanto, preservó su vida (2 Ti 4.17).
Para el observador casual, el ministerio de Pablo parecía haber terminado. Después de todo, estaba envejeciendo y por segunda vez estaba preso en una cárcel romana, sin poder hacer lo que había hecho antes. Pero Dios no toma en cuenta el valor de nuestros días como hace el hombre. A sus ojos, un creyente postrado en la cama de un hogar de ancianos todavía tiene un propósito y un llamado de Él. Tenga la seguridad de que, si todavía respira, el Señor sigue teniendo planes para usted.
La respuesta a la soledad
Mantener un enfoque en la eternidad. Durante toda su experiencia en la cárcel, Pablo fue capaz de responder de manera agradable, pues su meta era terminar lo que el Señor le había llamado a hacer, y recibir el galardón celestial guardado para él (2 Ti 4.6-8). Sin esta clase de perspectiva, estamos propensos a caer en la amargura.
Seguir testificando. Pablo nunca mantuvo su enfoque en sí mismo. Hasta su último aliento, buscó las maneras de compartir el evangelio de la esperanza. Su última carta está llena de preocupación por los demás, y de consejos para su querido amigo Timoteo. Las limitaciones de su situación no le impedían servir y ocuparse de otras personas.
Dejar los resentimientos. A pesar de haber sido abandonado, Pablo no guardó resentimientos. Cuando nadie lo apoyó, dijo: "No les sea tomado en cuenta" (v. 16). Tampoco tuvo amargura contra Dios por su soledad. Aunque una prisión no era el final apropiado para un siervo tan fiel, Pablo la consideraba la última fase de la misión que recibió del Señor. Soportó valientemente hasta que Dios lo introdujo en su reino celestial.
Permanecer en la Palabra. En la conclusión de su carta, Pablo le pide poco a Timoteo: solo un abrigo y "los libros, especialmente los pergaminos" (v. 13). La capa era, sin duda, para su bienestar físico, pero el material de lectura era para su aliento espiritual. Los pergaminos eran, probablemente, copias del Antiguo Testamento; ellas habían guiado su corazón y su mente durante tantos años, y anhelaba su consuelo y aliento en la fría y solitaria prisión.
Para todos nosotros, habrá momentos en que nos sentiremos solos, cuando otros no podrán o no desearán ayudarnos. Pero pensar en nuestra situación o en los agravios de los demás, solo conduce al resentimiento y a la autocompasión. En cambio, si buscamos al Señor y confiamos en la verdad de su Palabra, descubriremos el consuelo y la fortaleza de su presencia. Nuestras almas se llenarán de valor, dándonos el poder para soportar la soledad y terminar la carrera.
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